CONCELLO DE O CORGO
Superficie: 157,33 km2 / Población 2012: 3.828 habitantes
Municipio compuesto por 38 parroquias que agrupan 176 entidades de población, está situado en la altiplanicie denominada Meseta de Lugo, a una altura entre 400 y 500 m sobre el nivel del mar. El río Miño y el Neira, rico en truchas, le sirven de límites por el este y por el sur, y el Chamoso y el Tórdea dominan una densa red de regatos en la mayor parte do su territorio.
Fuertemente pobladas ya en la época castreña, las tierras de O Corgo eran atravesadas por la vía romana XIX Braga-Lugo-Astorga, de gran importancia política y económica. El condado de Flamoso ou Chamoso, que aparece como territorio destacado desde la Alta Edad Media, estaba nucleado alredor del río de este nome, y abarcaba casi todo el actual Concello de O Corgo e parte de los de Castroverde y Lugo.
La feria de Adai fue históricamente uno de los grandes centros de venta de caballar y mular para Galicia y Castilla. Actualmente se sigue celebrando el 13 de cada mes. A finales de junio hay dos grandes ferias anuales especiales, una del caballo, y otra de vacuno que es considerada la más importante de raza rubia gallega.
Tierra agrícola tradicionalmente rica, el ayuntamiento de O Corgo es notable por sus buenas casas de labradío, muchas de ellas grandes y algunas muy hermosas, con amplos cobertizos y pajares de cantería bien labrada. Sobre todo a las orillas de los ríos hay paisajes de una belleza emocionante, por ejemplo el lugar donde está la Casa das Fervenzas, excepcional establecimiento de turismo rural situado en la parroquia de Santo Estevo de Farnadeiros.
Dos pazos destacan en la arquitectura civil del Concello: el llamado Pazo de O Corgo, e la parroquia capital, de excelente cantería barroca, y el menos conocido pero no menos interesante de Piñeiro. El puente medieval sobre el río Neira y sus alrededores es otro lugar excepcional.
En la arquitectura religiosa destaca una buena cantidad de iglesias románicas: las de Campelo, Camposo, Santalla do Alto, Cabreiros, Fonteita y Gomeán, y sobre todo la pequeña joya de Castrillón, pequeña y muy bien cuidada, y además situada en un magnífico robledal, en la misma croa de uno de los castros mejor conservados de la comarca.