PARROQUIA DE POUTOMILLOS
Superficie: 2,33 km2 / Población 2013: 34 habitantes
Poutomillos es una pequeña y alta parroquia que asciende hacia la Pena de Fornos, a 760 metros sobre el nivel del mar. Estos montes marcan el límite de Poutomillos con Bacurín y con Gomelle, perteneciente al Ayuntamiento de Guntín. La parroquia es citada desde principios del siglo XII como ecclesia Sancti Martini de Puctimilios, Puitimilios o incluso Portumilios in Mera.
Se trata de una tierra más bien fría y de nevadas persistentes. Al hablar del tiempo que tarda en derretirse la nieve, un viejo dicho popular afirma que "si en Prógalo tarda un día, siete tardará en Vilar". Sus poco más de veinte casas se organizan en las aldeas de A Uceira, Recimil, Vilar y Carballo, ésta con su anexo, el lugar o caserío de Santo Antonio, donde en tiempos hubo una capilla de romería de la que no quedan más restos que el solar y una pequeña y sencilla cruz de granito.
Buenas casas de labranza y buenos hórreos ilustran esta parroquia. La aldea de Vilar, en medio de ricos prados ondulados, es la más agrupada, y en ella hay unos notables conjuntos de viviendas y construcciones agrícolas auxiliares, hechas en mampostería de granito con esquinales y cercos de ventanas y puertas en buen sillar. A Uceira fue un importante nudo de caminos, hoy desgraciadamente desfigurado, donde además de vieja escuela unitaria hay una bella casa al lado de la carretera.
En la aldea de Recimil destaca un potente edificio palaciego muy singular, en el que la parte del desván tiene la pared frontal sobreelevada en forma de trapecio, con una línea de cuatro ventanas por encima de las dos plantas principales. Este pazo fue construido en varias fases, posiblemente a partir de una torre medieval, y en el siglo XVIII Cayetano Gil Taboada, obispo de Santiago y después arzobispo de Compostela, lo usó como residencia de verano. Este ilustre eclesiástico, bajo cuyos mandatos se construyeron el palacio episcopal de Lugo y la fachada del Obradoiro de la catedral de Santiago, era descendiente de un Afonso Díaz Teixeiro que en el siglo XVI figuraba como dueño de la Casa de Recimil.